sábado, 9 de enero de 2016

Prensa del pasado (IV)

Las Regueras.
Un rasgo laudable. El Noroeste, 12 de agosto de 1923.



Muchas veces, los maestros de este Concejo nos habíamos lamentado de que las escuelas en que ejercemos seguían siendo víctimas de la indiferencia y sin ocasión de admirar un solo rasgo de ayuda.

Porque estábamos acostumbrados a tanta frialdad fue mayor la sorpresa recibida al ser invitados para una reunión en las Consistoriales, por don Manuel Díaz Granda, presidente de la Sociedad Benéfica de Naturales del concejo de Las Regueras (Habana), con el fin de tratar asuntos importantes en beneficio de la Enseñanza.

Acudimos al sitio indicado, a donde concurrieron además del señor Granda, un buen número de entusiastas americanos miembros todos de la Sociedad bienhechora y cuyos nombres siento no recordar para hacerlos públicos; el dignísimo alcalde del Ayuntamiento, don Miguel del Río; el teniente de alcalde don Manuel Turargo, el activo e inteligente secretario don Godofredo González, el joven concejal don Alfredo Martínez, y otras muchas personas.

Apenas hubo terminado la sesión municipal, en la que quedó aprobada las consignación de 115 pesetas para reparaciones en la escuela de Soto, el señor alcalde invitó al señor Granda a que ocupara la silla presidencial, desde la que dirigió la palabra a los circunstantes, haciendo resaltar la importancia de la Escuela y el maestro, factores –dice- de los que hay que esperar todo lo bueno que la sociedad necesita.

Porque estamos convencidos de esto –sigue diciendo- lo mismo yo que los demás elementos constituyentes de la Sociedad Benéfica de Naturales del Concejo de Las Regueras, en la última sesión celebrada, hemos acordado por unanimidad absoluta conceder tres premios en cada una de las tres escuelas del Concejo para los tres alumnos, niñas o niños, que más sobresalgan en los estudios de Aritmética, Gramática y Escritura, y que dichos premios consisten en lo siguiente: Primero.- En los libros que a juicio del profesor necesite el alumno para estudiar el curso siguiente y quince pesetas.

Segundo.- En los libros que a juicio del profesor necesite el alumno para estudiar el curso siguiente y diez pesetas.

Tercero.- En los libros que a juicio del profesor necesite el alumno para estudiar el curso siguiente y cinco pesetas.

Como el señor Granda se mostró partidario de que dichos premios los repartieran los señores maestros, cada uno en su respectiva escuela, estos hicieron ver la necesidad de que el señor presidente de la Junta local de Primera Enseñanza y otros miembros de la misma por él designados les acompañen en ese acto, que tendrá lugar el próximo septiembre.

El señor alcalde aceptó la propuesta, terminando el acto expresando el señor Granda el deseo de que el Magisterio reguerano y demás concurrentes al acto le acompañaran a tomar café, obsequiando además a todos con excelentes habanos.

Cuando ya el señor Granda se disponía a partir, un maestro se levantó a darle las gracias en nombre de sus compañeros y de los niños del concejo, suplicándole las hiciera extensivas a todos los miembros de la Sociedad que tan dignamente preside.

Hacemos fervientes votos por que todos los componentes de tan altruista Sociedad progresen mucho en sus negocios y así cuenten con mayores probabilidades de continuar la obra empezada que no puede ser más humanitaria ni más patriótica.






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